El éxodo; San Vicente, Guerrero*

"Dónde está El Rincón, para apoyar a la gente de El Rincón, para que les llegue ayuda?

Guiados por dos jóvenes solidarios, por cuatro horas de terracería que parece chicle, que deja a los andariegos sin zapatos y a las llantas sin agarre, encontramos a los verdaderos ingenieros de San Vicente, sus propias manos convertidas en trascabos y en grúas, para sacar del aislamiento a la comunidad.

La cuadrilla de campesinos, que tomó un poco de agua de sabor a las 7 de la mañana, ha concluido a las 2 de la tarde un puente con troncos de zacahuite para subir al pueblo de las carpas.

Desde el 15 de septiembre, las montañas que rodean San Vicente han registrado preocupantes movimientos de tierra.

Eso ha obligado a los ejidatarios a correr a lo alto de las montañas a refugiarse bajo plásticos y hasta en cuevas, para evitar ser sepultados.

Sus cuadrillas de maíz -así llaman a sus áreas de siembra-, se han ido en cuatro días a un resumidero.

“Se derrumbó la cuadrilla… ¿La primera noche, cómo se la pasaron señor? Pues ahí, debajo de las piedras”.

 A punta de machete, la familia de la señora Cándida Ramírez ha tenido que abrir monte en busca de suelo más estable.

Desde el paso del huracán, el monte se ha reblandecido tanto que parece arena.

“Estaba el agua recio, y nos salimos, pues… Nos venimos, pues, porque ya no podíamos pues, salir… Frente a donde vivíamos, en San Vicente, está bien feo, está bien derrumbado, se están viniendo las peñas”, comenta la señora Cándida.

Por la exposición a baja temperatura y a la lluvia constante, hay brotes de fiebre, tos y algunos cuadros de bronquitis.

El día del huracán, el comandante abandono la comunidad con la única camioneta de doble tracción. Hoy la seguridad está a cargo de este policía comunitario, con una patrulla improvisada en la que el enfermo, si necesita salir, corre tanto riesgo como el conductor.

“Aquí está muy peligroso pues, nosotros el pueblo, tuvimos que acondicionar esta patrulla para poder hacer rondines, pues yo les pido que nos manden una camioneta”.

San Vicente, en el municipio de Chilpancingo, está ubicado en medio de una cañada.

Madera y maíz, son la principal fuente de ingreso de la comunidad.

Ya no hay raíces que sostengan el sueño arcilloso de los cerros.  

Con uno de los habitantes, constatamos numerosos agrietamientos, escurrimientos de agua, el surgimiento de nuevas corrientes que tienen al borde del deslave, a un pueblo de cinco mil habitantes.

*Nota publicada originalmente en Noticieros Televisa [Septiembre 25, 2013]

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